Cerezas. Del latín: Prunus avium
Fruta originaria del Mesopotamia, la palabra cereza es una evolución del antiguo persa “kirash”, que los griegos convirtieron en “kerasos” y nosotros en cerezas।
Los romanos ya describían 10 tipos de cerezas diferentes, aunque dicen las malas lenguas que fueron las aves, las que en sus migraciones y evacuaciones a lo largo del camino, fueron depositando semillas de guindo silvestre por toda Europa।
Pertenecen a la familia del ciruelo y se dividen en tres ramas básicas: las dulces, las ácidas y las híbridas o agridulces।Conocidas desde la Edad del Bronce, pues se han encontrado sus huesos en excavaciones alpinas, datadas de hace unos 6.000 años, aunque se las supone silvestres.
Los chinos ya las cultivaban hace 5।000 años. Fueron traídas a Roma, como botín, por el General Lucio Lúculo, después de ganar en batalla al rey de los Pontos, en Mitriades.
También se conocen como: ambrunesas, guindas, mollares, picota o tomatillo। Existe una gran variedad de ellas se supone que más de 1.000, divididas en dos grupos específicos, las mollares, de pulpa tierna, y las garrafales, de pulpa firme, desde las muy rojas, a las casi blancas, desde las muy dulces para fruta, tales como las bígaro, o guindas, las picotas, a las guindas ácidas “marasca” que son usadas en la elaboración del Marrasquino, o a las más ácidas para guisos, como las morelos, o las amárelas.
Se usan desde lo más natural como es la fruta fresca, escogiendo siempre las que tienen la piel más brillante y tersa, aunque conviene saber que es una de tantas frutas, que no maduran, si no es en el propio árbol। Su color va desde el rojo brillante hasta el rojo negro y se usan, además de como fruta fresca, macedonias, ensaladas mixtas, en jaleas, tartas y pasteles, suflés, sorbetes, guindas confitadas, batidos, refrescos, componentes de licores y aguardientes, de guarnición, o salsas para carnes como el cerdo, el pato, el pavo, o el pollo.
Tienen propiedades astringentes, antioxidantes, antirreumáticas, anti-anémicas, combaten la gota y el reuma, los cálculos renales y biliares, la caries. Son diuréticas, y anti-inflamatorias, especialmente si hacemos una infusión con los propios rabillos de las cerezas, que también sea dicho de paso, dicha infusión alivia la migraña y ayuda a eliminar toxinas, son sedantes, digestivas, combaten la obesidad y los trastornos intestinales, y se consideran antibióticos naturales, su riqueza en “ácido elágico y bioflavonas”, frena la multiplicación de células cancerosas
Las variedades dulces, por su alto contenido en sacarosa, no son aptas para diabéticos
Las variedades dulces, por su alto contenido en sacarosa, no son aptas para diabéticos
.Aparte, conviene tener cuidado con las manchas de las cerezas, ya que su zumo es muy difícil de eliminar.
Tomadas en ayunas, ayudan a desinfectar las vías urinarias y combatir el exceso de ácido úrico. Las ácidas contienen unas 50 calorías, mientras que las dulces tienen hasta 75 cal./100 gr., más calóricas que las ciruelas o los melocotones. Son ricas en vitaminas A, B1, B2, B3, B6, B9, C y fibra, contiene sales minerales como el hierro, fósforo, magnesio, cinc, cobre, manganeso, aluminio, silicio, y en especial el potasio, así como una gran cantidad de “bioflavonoides”
Desde el siglo XVI las cerezas del Valle del Jerte, cerca de Plasencia en Extremadura, son famosas por su gran calidad y variedad, su pulpa va desde el color rojo profundo al amarillo dorado. Actualmente tienen adjudicada la “Denominación de Origen”. También son famosas las del Bierzo, las de Cariñena, las gordales o garrafales, las Napoleón, las Early River, las Rainier y las Bárbaras negras
Las variedades más oscuras, tienen merecida fama de ser más nutritivas, que sus primas las más claras. En España todavía puede encontrarse el cerezo silvestre.
(Información extraída del “Diccionario práctico de gastronomía y salud”, Editorial Díaz de Santos – Madrid, de Miguel Juan Jordá, donde puedes encontrar amplia bibliografía y otras fuentes de información.
(Información extraída del “Diccionario práctico de gastronomía y salud”, Editorial Díaz de Santos – Madrid, de Miguel Juan Jordá, donde puedes encontrar amplia bibliografía y otras fuentes de información.
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