domingo, 12 de diciembre de 2010

Los Aditivos

Aditivos, o los pones… o te los ponen.


Realmente la palabra aditivo proviene del verbo “añadir”, por lo que podríamos decir que aditivo es todo aquel producto o elemento que se añade a otro, aunque actualmente se identifica a la palabra “aditivo” a todo aquel producto natural o industrial, que de alguna forma modifica un alimento y sus propiedades organolépticas, en sabor, aroma, color, textura o tiempo de conservación, al que se le haya añadido.
 Los aditivos no son un término moderno, pues podemos catalogar como tales a los elementos usados desde la más remota antigüedad para la conservación de ciertos alimentos, por ejemplo: la sal, la miel, el sol, el azúcar, el alcohol, el vinagre, ciertas hierbas aromáticas, las especies y el humo, entre otros, así como el simple secado.
 Actualmente la industria alimentaria maneja más de 4.000 sustancias consideradas como aditivos, entre naturales y sintéticos. Pero de su uso, desde la más remota antigüedad, tenemos al ácido acético, el E-260, o sea el "simple vinagre”, usado desde hace más de 5.000 años como conservante, aunque el uso de la sal es todavía más antiguo, con el mismo fin, además de potenciador de sabor. Fueron precisamente las especies, las que sirvieron de motor, para el descubrimiento de nuevas rutas trayéndolas de países lejanos y exóticos a la Europa medieval y renacentista.
 Existe una gran cantidad de aditivos modernos o industriales. Son sustancias toleradas, aunque algunas no recomendadas, pues están limitados por el I.D.A. o sea la “Ingestión Diaria Alimentaria” tolerada, algo que no siempre es posible establecer, pues aunque nos leamos todas las etiquetas industriales, deberíamos llevar una calculadora de bolsillo para ir sumando pues, lamentablemente y seguramente por necesidad, la mayoría de alimentos que consumimos están afectados por algún tipo de aditivo, ya sea colorante, emulsionante o conservante.
Los aditivos siempre van precedidos por la letra “E” mas tres números, por ejemplo los colorantes están englobados entre el E-100 y el E-199, los conservantes entre el E-200 y el E-299, los antioxidantes están entre el E-300 y el E-399, entre los cuales está uno de los más tóxicos, el E-330, prohibido en muchos países, pero todavía muy usado, y los agentes de textura, que realmente se podrían llamar “retenedores de agua” están entre el E-400 y el E-499.
 Entre los colorantes menos recomendables están el Amaranto o E-123 y la Trastacina o E-102; entre los conservantes menos recomendables destacamos todos los Nitritos y los Nitratos; así como entre los aditivos de conservación de textura menos recomendables, están el Sorbitol o E-420; y el Manitol o E-421 que pueden provocar algún tipo de diarrea, en especial a menores de edad.
  A pesar del siguiente listado, todos los aditivos industriales deben haber pasado por los controles de la F.A.O. y de la O.M.S. y haber sido aprobados por dichas organizaciones de la Alimentación y la Salud Mundial, bajo la tutela de la O.N.U.
  A veces nos vemos confundidos con los códigos y numeritos, que suelen llevar esos añadidos extra, por ejemplo la letra “E”, significa, simplemente “Europa”, usado en toda la Comunidad Europea y sus Asociados.
   El primer dígito después de la E indica el tipo de aditivo. Por ejemplo el 1, son colorantes, el segundo dígito es un “sub-dígito del primero”, por ejemplo el E-10x pertenece al grupo amarillo de colorantes europeos, mientras que el E-11x, sería el colorante naranja, y el E-12x pertenecería a la subfamilia de colorantes europeos rojos. La familia de los conservantes, después de la “E”, vienen señalados con el nº 2, por ejemplo los derivados de “ácido sórbico”, vendrían señalados con E-20x, mientras que los derivados del “ácido benzoico”, se distinguen con el 2º dígito, o sea E-21x.
Los antioxidantes se distinguen, por llevar detrás de la “E”, el nº 3xx.
Los estabilizantes, emulsionantes y gomas vegetales, con “E”, y el nº 4xx.
Las sales minerales y anti-apelmazantes, con el “E” y el nº 5xx.
Los potenciadores de sabor, con la “E” seguido del nº 6xx.
Otros, como los acidificantes, acidulantes, con la “E” seguido del nº 7xx y 8xx, respectivamente.
Los edulcorantes, con la “E” seguido del nº 9xx.

También existen los aromatizantes, usados en menor cuantía, y los E-1xxx para los de la industria cosmética.
Aquí podeís ver una relación de aditivos con fama de "conflictivos", listados por orden numérico, con los posibles riesgos que pueden tener:
E-102 Tartrazina Puede causar alergia y problemas respiratorios
E-122 Azorrubina Colorante rojo que puede causar alergia
E-123 Amaranto Tiene fama de poder causar reacciones alérgicas
E-127 Eritrosina Colorante rojo que puede afectar la glándula tiroides
E-153 Carbón Vegetal Forma parte de pastillas contra la diarrea, es peligroso
E-210, hasta el 213 Ácido Benzoico Conservantes que pueden provocar asma y urticaria
E-215, hasta el 219 Parahidroxilo B. Conservantes que pueden causar alergias
E-220 Dióx. de Azufre Conservante, destruye la vitamina B1 y causa mareos
E-221 hasta el 227 Sales Sulfurosas Conservantes, causa los mismos efectos que la anterior
E-230 Dio Bifenil Conservante tópico usado en fruta fresca, muy dañino
E-235 Natamicina Es un antibiótico usado en embutidos secos, prov. Alergia
E-249 hasta el 252 Nitritos En embutidos secos, con fama de cancerígenos
E-310 hasta el 312 Galatos Pueden provocar alergias, usados en “sopicaldos”
E-320 A. Butilidróxico Puede provocar alergia, hipertensión y dañar el hígado
E-338 Á. Fosfórico Es un alto reductor de calcio en el organismo
E-421 Manitol Edulcorante que puede ocasíonar diarreas
E-510 Clor. Amónico Suele formar parte del regaliz industrial, es peligroso

Es evidente que hay que saber leer las etiquetas,… ¡y hacerlo!
Se ha demostrado que hasta un 33% de las frutas y verduras que comemos presentan restos de algún residuo fitosanitario, aunque sólo un 6% superan los límites legales, actualmente vigentes, y el resto, o sea el 57%, no tenía ningún tipo de resto, por lo que se recomienda comparar los que están en ese porcentaje, y esos límites.
Para mayor información, contactar con la O.M.I.C. (Organismo Municipal de Información al Consumidor) de cada Ayuntamiento, o las diversas “Organizaciones de Consumidores” de cada Comunidad, o consultar los Reales Decretos 142/2002, el 2001/95 y 2002/95, supuestamente en vigor, pero son elementos que van cambiando unos para mejor otros para peor, nuevas fórmulas, etc., por lo que conviene estar al día.

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